No sé qué más poner. Escribí tanto en todas estas noches, y tantas otras cosas me dieron vuelta por la cabeza, que ya las palabras pierden sentido.
Cómo se le expresa a alguien la necesidad de estar con ella, si no te quiere ni ver? Cómo se hace para atraer a alguien que se te aleja a cada paso?
Repaso entre cigarro y cigarro y canciones de Audioslave y Foo Fighters cada uno de mis errores, cada una de mis omisiones, y no lo entiendo. Cómo fui tan pelotudo? En casi 24 años, probé todo lo que quise, estuve con casi cuanta mujer desee; tuve relaciones serias, cortas, largas, agónicas, esperadas, inesperadas, bizarras, convencionales... pero ninguna como esta. En sólo 8 meses, llegué a pensar que esta persona es la que yo quería para toda mi vida... me imaginé casado, con hijos, con un auto, una casa, recibido, viejo, y al lado de ella. Me atrayeron sus palabras, su forma de expresarse, su amor, el sexo por las noches, sus enojos, su pelo, su olor, su sonrisa... lo que se dice, algo completo. Cuando empecé a hablar con ella, me gustó su madurez principalmente... con apenas 19 años, me voló la mente como no lo había hecho ninguna pendeja... y de a poco me empezó a gustar más y más.
Sabía, por un lado, que no se podía joder con ella porque era la hermana de una compañera de laburo/amiga, sabía que venía de una decepción de amor y que estaba totalmente negada, y sabía también que la mejor forma de llegarle era demostrar todo aquello que siempre me hizo único: mi forma de ser frontal, pensante, un poco soberbia, irónica y a veces prepotente. y me salió bien.
Un día en el trabajo, ella iba a hacerse un examen preocupacional, y en el medio de la oficina, cuando su hermana se había ido y no quedaba nadie en el pasillo, le dí un alfajor y sin más preámbulos le robé un beso. Y sentí en ese momento que todo lo que había imaginado de a poco se hacía realidad. Se detuvo el mundo por un momento y después de muchos meses, fui feliz... y tenía ganas de más. Así empezó formalmente la relación.
Y sentía que a medida que pasaba el tiempo el sentimiento se iba acrecentando, tanto es así que hasta decidí incluirla en mis círculos más íntimos: amigos, relaciones aleatorias de la vida... hasta la familia. Un día, caminando por Puerto Madero, le comenté que era el cumpleaños de mi tío, y que me haría muy bien que me acompañe... pero en condición de novia. Y así fue como, al cabo de apenas de mes y medio desde el primer beso, ya era mi novia.
Por otro lado, a medida que me sentí más atraído hacia ella, la veía cada día más linda, cada día más pura y cada día más mía, y sentía la necesidad de protegerla y alejarla de todo lo que pudiera, potencialmente, alejarla de mí: buitres del laburo, de la facu, de la calle, de los boliches... todo aquello a lo que yo sintiera que ella podía sentirse atraída... después de todo, más allá de mi máscara de soberbia, siempre fui muy inseguro de mí. Tal fue mi obsesión por mantenerla lejos de todo eso, que sin darme cuenta me fui volviendo más duro con ella, siempre tratando de someterla a través de enojos y berrinches infantiles para que sólo se fijara en mí.
El tiempo fue pasando, y me enamoré. Mucho antes de lo que inicialmente hubiera pensado, sinceramente. Venía de un par de historias cortas con gente en la que elegí creer aun cuando las circunstancias me decían que no lo hiciera, y no buscaba nada a largo plazo, pero ocurrió. Un día me levanté y dije "fuck, cómo mierda hago ahora para vivir sin ella?".
Salía sólo, sentía que había pibas que se me acercaban y todo, pero me mantenía al margen... después de todo, qué sentido tiene dejarse llevar por un impulso carnal momentáneo, tan ínfimo como la primera luz del amanecer, cuando en su casa, ahí en Lugano, acostada, me estaba esperando ella con todo aquello que yo necesitaba?
Las peleas comenzaron a hacerse más frecuentes, tanto es así que ni yo podía manejar mis impulsos de celos... se me hacía muy dificil entender que con lo que yo le daba y nada más, una persona pudiera ser feliz. En el pasado, todas las personas a las que había querido o amado, a corto o largo plazo, me habían cambiado por otras cosas. Por qué ella haría algo diferente, cuando 23 años de vivencias me demostraban que nadie lo había hecho?
Compartíamos salidas, nos veíamos todo el tiempo, y yo era feliz. Aun con una cerveza a la salida del laburo, media hora con ella, me cambiaba la cara. Luego los tiempos empezaron a acotarse, por el trabajo y la facultad, y mis inseguridades crecieron... sentía que todo lo que tenía me lo estaban arrebatando de un plumazo. Costó, pero lo entendí, no sin muchísimas desgastadoras peleas de por medio. Traté de cambiar mi punto de vista y empezar a decir todo lo que sentía, lo que me daba celos, lo que me molestaba... absolutamente todo. Claramente no funcionó.
Pasaron los meses, me fui de vacaciones, y como aun a la distancia peleábamos, me pasaba todas las noches al teléfono con ella... tratando de entender que ella me elegía a mí y nada más. Ironía de ironías, el que estaba en el medio del paraíso de la joda era yo, y ella ni se inmutaba, porque aun así decidía confiar en mí y en lo que yo sentía.
Pasó la separación que yo más temía, unas semanas durísimas en las cuales decidí replantearme lo que hacía y como actuaba, y traté de no decir nada más. Entendía y entiendo racionalmente que los celos que tenía/tengo no tienen lugar, que surgen todos de mi inseguridad y no de lo que ella hace.
Volvimos, no sin mucho esfuerzo de por medio, a estar juntos. Fueron momentos lindos pero tensos a la vez... cada discusión era seguida con abrazos y besos con la promesa de no pelear más, de no hacernos mierda. Nos abrimos mucho el uno al otro, es cierto. Pude contarle de muchas inseguridades y tristezas que tenía, y ella a mí. Fuimos un lindo apoyo el uno para el otro... pero por otro lado, las peleas no estaban devorando. En lugar de disfrutar de esa unión, yo me sentía insegurísimo de que no me fuera a cambiar por otro, de que no me quisiera más...
Y un día pasó lo obvio: todo lo que había acumulado en ese tiempo explotó súbitamente, por comentarios en el estado de Facebook de un amigo. Me despaché con más de mes y medio de cosas guardadas, totalmente vacías y superficiales. Y se acabó... de a poco nos fuimos separando, primero por un tiempo indefinido, hasta que yo pudiera estar mejor, pero después, al ver ella que las cosas no cambiaban y yo seguía, aunque mejor, poniéndome mal y asediándola con mensajes, llegó el final definitivo. Un desenlace que ninguno hubiera querido en otras circunstancias, pero que habiendo agotado otros caminos, parecía la única alternativa.
Y cuando me dijo que ya no me amaba, fue el golpe de gracia a todo lo que sentía. Todas las omisiones que venía evidenciando casi de reojo se concretaron en ese mismo momento. Llegué a la psicóloga llorando y le conté todo... y lloré como nunca lo había hecho delante de la psicóloga. Y aun cuando ella me dice que lo mío son sólo palabras, que es un capricho, que no hice las cosas a tiempo, me queda más que claro que no es así.
Puedo ser un tonto iluso, puede que mucho piensan que me quedé clavado en el tiempo, estancado en algo de lo cual no tengo seguridad que hoy siga existiendo o que mañana esté... pero la elijo a ella.
Entre cervezas, me han dicho "andá, comete a tal", "garchate a tal otra", "no te quedes esperando", "ella podría estar haciendo lo mismo ahora con otro flaco"...
Y sin embargo, ahora, después de tantos golpes, después de tantas discusiones, aun arde en mí el deseo de verla, de que me diga que me ama, de decirle que la amo, de abrazarla y que todo esto se termine y tenga un final feliz. No sé si me olvidará, si ya no me ama realmente, si estará interesada en alguien más... de hecho, no puedo dejar de preguntarme qué estará haciendo en este mismo momento. No obstante, tarde, elijo hacer aquello que no hice en casi 9 meses: creer en ella. Creer en que lo que pasó no fueron palabras y nada más. Elijo pensar que las circunstancias nos llevaron a esto, que no es algo definitivo, y que la llama del amor aun arde. Aun la imagino a mi lado, libre y mía a la vez. No sé si es lo correcto, no sé si la volveré a ver, pero la amo. Y nunca, en todo este tiempo, estuve tan seguro de lo que siento como ahora.
Uno puede pensar que, con tantos malos momentos, cómo se hace para amar a alguien con quien en 8 meses no se logró estabilidad... Y las respuesta es la siguiente: porque te hace sentir especial; porque te atrae todo de ella; porque con un mensaje te cambia la cara; porque sabés que a pesar de lo malo, tiene la receta para hacerte feliz; porque no pensás en otra persona; porque cuando estás mal con ella, el resto del mundo pierde importancia; porque sólo con esa persona te imaginás en el futuro. Y principalmente, porque sentís que pase un día o mil años, vas a seguir amando a esa persona. Y yo sé que pase lo que pase, y aun si más adelante pasa gente en el medio, para mí siempre va a ser única, y siempre voy a querer un poco más. No puedo evitar escuchar "Mi Caramelo" de Bersuit y pensar en ella cuando dice "Haría bien a la terapia alejarme un tiempo" y "Cambio toda esta familia por un segundo con vos". Simplemente por eso.
Por qué escribo todo esto acá? Porque prefiero que mi blog sea mi confidente antes que dejarme vencer por la deseperación y mandarle un mensaje, o escribirle otro mail... demasiadas palabras hubo ya, y creo que debe tener en claro cuál es mi postura en todo esto.
Durante mucho tiempo me dejé vencer por mis sentimientos, ahora es hora de atacarlos, de dejarlos de lado, de elegir confiar en su palabra y en lo que con los actos me demostró, y con mucho trabajo de por medio, que por ahí lleve meses, vencer todo eso. Si estará ella ahí para ese entonces, no lo sé. Lo único que sé es que mi deseo es tan ardiente y tan fuerte que, a pesar de todo lo pasado, la quiero a ella y sólo a ella, y si para recuperarla tengo que pasar un calvario, que así sea.
De ahora en adelante, voy a ser yo quien controle a mis sentimientos y pensamientos locos, y elija su destino. Y ya elegí, la elegí a ella.
Y mientras tanto, espero que la plantita que me regaló vuelva a florecer, así como espero que florezca lo que por mi siente para volver a vivir.